Información Sant Just Solidari

Acompañamiento en la prisión

En octubre de 2021, se inició la colaboración entre Sant Just Solidari y la Coordinadora Contra la Marginación de Cornellà. Desde que se empezó hasta el día de hoy son cuatro las personas voluntarias, socias de SJS, que se han acogido al Programa de Atención a Personas Presas (PAPP). El objetivo de este programa es acompañar a las personas que lo soliciten y ayudarlas a minimizar las consecuencias del encarcelamiento.

LA COORDINADORA

Los orígenes

La Coordinadora Contra la Marginación tiene su origen hacia los años 80 en Cornellà de Llobregat, a través de unas experiencias de relaciones solidarias y de ayuda mutua entre jóvenes de la ciudad, afectados por una dura situación socioeconómica, y personas sensibilizadas con sus problemáticas. Era un colectivo marcado por el fracaso escolar, con mucha accesibilidad a las drogas y con poca información y pocas perspectivas de empleo y futuro.

Muchos de estos jóvenes no encontraron otra salida que la delincuencia como camino para sobrevivir y obtener todo lo que la sociedad de consumo ofrecía y que ellos no podían conseguir a través de medios normales. Durante esta etapa se creó un Grupo Propresos para defender sus derechos y denunciar la situación de cómo muchos de ellos salían de prisión, sin expectativas de integración y muy deteriorados.

La Coordinadora Contra la Marginación se legalizó como Asociación en 1990 ya lo largo de los años se ha ido consolidando como una entidad dedicada a la intervención en diferentes ámbitos relacionados con la exclusión social: drogadicción, vivienda, paro, prisiones… siempre entendiendo la marginación como la privación de los derechos fundamentales de las personas para acceder a los recursos necesarios para su desarrollo personal y social.

El encarcelamiento y las consecuencias

Las estadísticas penitenciarias muestran que son los delitos cometidos principalmente por las clases sociales más desfavorecidas, delitos contra el patrimonio y el orden socioeconómico y delitos contra la salud pública, los más representativos de las personas privadas de libertad. Predomina el perfil del “delincuente común”, caracterizado por una baja escolarización, un entorno familiar con carencias de tipo socioeconómico, una situación laboral precaria, consumo de sustancias adictivas, déficits de afrontamiento cognitivo y de conducta, etc.

Las personas presas sufren un proceso de presonización que es una asimilación de los hábitos, usos, costumbres y cultura propia del ambiente de la cárcel, que seguirá estando presente en su vida en libertad y aumentará la desadaptación a la sociedad exterior, regida por normas totalmente distintas.

Algunas de las consecuencias de la privación de libertades son la ausencia de expectativas de futuro, la dificultad para asumir responsabilidades, la pérdida de las vinculaciones sociales, el aumento del grado de dependencia debido al fuerte control al que se han visto sometidos, la devaluación de la propia imagen y disminución de la autoestima, el aumento de los niveles de dogmatismo y autoritarismo, etc.

Los familiares

Para los familiares de las personas privadas de libertad, la cárcel también supone una condena. La prisión repercute de forma directa en la economía de la familia, ya que el encarcelamiento de un familiar supone un incremento de los gastos en defensa jurídica, desplazamientos al centro penitenciario, mantenimiento de la persona presa, etc. Además existe una disminución de los ingresos familiares durante el encarcelamiento por la imposibilidad o dificultad de trabajo de la persona presa. La carga económica a menudo se mantiene después del encarcelamiento por la dificultad de integración laboral de la persona presa.

La cárcel tiene también consecuencias sociológicas y psicológicas negativas en la familia. Supone a menudo un deterioro de los vínculos sociales y familiares y la necesidad de la reorganización sociofamiliar y laboral. Los estereotipos negativos de la cárcel que recaen sobre la familia crean tensión y sentimiento de exclusión.

Programa de Atención a Personas Presas, PAPP

El PAPP, programa de atención a las personas presas y sus familias, nace en 1994 cuando se constatan, después de años trabajando con este colectivo, las dificultades con las que se encuentran cuando salen de la cárcel para integrarlo en su entorno social, y la falta de recursos destinados a esta finalidad.

Por tanto, el objetivo del PAPP es ofrecer a las personas presas los medios y los recursos necesarios para normalizar su vida social y evitar, en lo máximo posible, las consecuencias derivadas de la cárcel.

El PAPP basa su intervención en distintos ejes vinculados entre sí que son:

  • El vis a vis mensual, tiene como objetivo acompañar a las personas presas que lo soliciten y minimizar las consecuencias del encarcelamiento.
    Los internos e internas que lo solicitan voluntariamente, piden que los voluntarios y voluntarias de la entidad les vayan a ver para romper momentáneamente, aunque sea una hora al mes, ese aislamiento. Son momentos de acompañamiento, comprensión, alegrías y tristezas. Y también de demandas; éstas se hacen llegar al servicio Jurídico-Social que realizará las intervenciones que se crean adecuadas para mejorar la situación de las personas presas y, de paso, de sus familias. Actualmente se hacen vis a vis mensuales en Brians 1 y 2, Quatre Camins i Lledoners.
  • La Atención jurídico-social va dirigida a las personas presas, con problemas con la justicia, y a sus familias. Tiene el objetivo de evitar o minimizar la pena privativa de libertad y realizar un seguimiento social y asesoramiento en la resolución de trámites jurídicos. Vela por que las penas que se aplican sean rehabilitadoras, teniendo en cuenta las circunstancias que han llevado a la persona a cometer el acto, y no poniendo el énfasis en éste. Así pues, cuando una persona con problemas judiciales o penitenciarios pide acompañamiento, se le engloba en un programa más amplio que garantiza una intervención integral y transversalmente rehabilitadora.
  • La Nueva K-Feta pretende facilitar la reinserción en el entorno y la integración social. Consta de un conjunto de actividades socioeducativas, para adquirir y reforzar habilidades sociales y laborales que permitan modificar los comportamientos que la sociedad entiende como antisociales.

    Se trata de un servicio prelaboral, que tiene como objetivo desarrollar las habilidades y capacidades de las personas que han estado en prisión para poder acceder al mercado laboral. Se basa en técnicas de formación y orientación laboral explícitamente, trabajando de forma transversal la informática y habilidades sociales necesarias para acceder a un puesto de trabajo.

  • El Servicio de información y Ayuda a las Familias busca acompañar y apoyar a las familias de personas presas y a las personas con problemas con la justicia. Es un espacio que ofrece información sobre el ámbito penitenciario que a su vez fomenta la participación y el intercambio de estrategias entre los participantes.

LA COLABORACIÓN

Cómo se pone en práctica y cómo se trabaja.

Una de las tareas importantes de la Coordinadora es darse a conocer a partir de unas ferias que se realizan a lo largo del año en las diferentes cárceles. La finalidad es explicar a las personas privadas de libertad cuál es su función y la razón por la que se realiza la visita una vez al mes.

Los voluntarios de la Coordinadora intentan acercarse a su realidad para conocer lo que sienten, sus preocupaciones, y colaborar en la medida de lo posible en hacer más confortable el período de ingreso en el centro penitenciario. La Coordinadora forma parte de una de las organizaciones que colaboran en el perfeccionamiento y humanización de los procesos de reinserción social.

Cuál es la labor del voluntariado.

La participación del voluntariado consiste en realizar una visita mensual a quien lo pide. Es un compromiso que se caracteriza sobre todo por el acompañamiento, la escucha y la atención a las situaciones emocionales de las personas atendidas. En estos momentos se realizan visitas a las cárceles de Brians1, Brians2, Quatre Camins y Lledoners.

Desde la Coordinadora se realiza un plan trimestral de acompañamiento para organizar las visitas a las cárceles. Por parte de los voluntarios se intenta realizar el seguimiento de un mismo preso en las diferentes sesiones para facilitar la comunicación y el intercambio de vivencias. Si no es posible que el acompañamiento lo haga la misma persona, se encarga otro voluntario/a.

Después de cada visita se realiza un informe explicando cómo ha ido el encuentro. Es por este motivo que son muy importantes las reuniones de trabajo que se realizan mensualmente en la Coordinadora para poner en común las vivencias de las personas que se visitan en los Centros Penitenciarios (CP’s) para que todo el mundo las conozca y esté al corriente de su situación. También son importantes para compartir conceptos de la ley penitenciaria y para incluir nuevas temáticas.

Sobre todo es también un espacio de reflexión y valoración de los participantes para compartir con el grupo posibles problemas con los que se pueden encontrar, expresar lo que pasa por dentro y compartirlo con el equipo, que puede dar pautas desde su experiencia.

La Coordinadora tiene el asesoramiento de un abogado para aquellas cuestiones más complejas que requieren la visión de una persona experta.

Sabemos que el tema de las cárceles es controvertido y complicado por la complejidad que comporta, pero quizás estaríamos de acuerdo en que es un lugar de sufrimiento psíquico y físico y que el diálogo es lo que más se necesita. El voluntariado puede ofrecer la oportunidad de que el preso se exprese libremente, un tiempo y un espacio en el que se puede sentir valorado.

Un interno al recordarle unos hechos que nos había comentado el mes anterior, expresa asombrado “Oh! alguien que me escucha“. Lo cierto es que al salir de ver a una persona encarcelada, algo de uno mismo ha cambiado.

A quien vamos a ver.

En estos momentos la mayoría de los presos que se visitan son hombres de distintas edades y procedencia con situaciones personales muy diversas. Cada vez que se hace el camino hacia la cárcel vas pensando en cómo los encontrarás, si ese día querrán salir, si las cuestiones que se hablaron la última vez las han podido resolver…
El encuentro es siempre un momento especial, normalmente te esperan con muchas ganas de hablar y explicar cómo ha ido todo el tiempo que no nos hemos visto.

De todas las visitas que se realizan actualmente sólo hay una mujer, que inicialmente estaba en Wad Ras, que se acoge al PAPP. Cuando la conocimos llevaba poco más de un año en prisión, como su marido, con cinco hijas fuera. La hija pequeña estaba con ella hasta que cumplió tres años, entonces la llevaron a una familia de acogida y ella fue trasladada a la cárcel de Brians1. Esta losa se le hacía insoportable. “No puedo dormir pensando en mis hijas”. En esos momentos era analfabeta y hablaba muy mal el castellano. Uno de los incentivos por parte del voluntariado fue animarla a aprender a leer y escribir y perfeccionar el castellano. Se le sugería que a pesar del encarcelamiento que debía cumplir, podía aprovechar todo lo que la cárcel le ofrecía a nivel formativo. La realidad es que actualmente está mejorando mucho, sigue yendo a clases y realiza trabajos. Esto la distrae y la anima porque ve que en un futuro tendrá más posibilidades dada la formación que ha hecho en prisión.

Cada uno vive la cárcel según sus circunstancias. Uno de los chicos que se visitan con una sentencia larga y que se encuentra solo, puesto que la familia vive lejos, muestra una actitud positiva e intenta aprovechar el tiempo que debe estar encerrado. Manifiesta que “la cárcel tiene su sabor y se puede estar alegre”. Sin embargo sabemos que los estados de ánimos de los internos pueden variar, según el momento y el día puedes encontrarlos desanimados, ausentes, añorados, enojados… Con este chico se habla de cómo se siente, del día a día, de las actividades que realiza, de sus relaciones con sus compañeros. Cuando se le pregunta cómo se ve cuando salga en libertad, comenta que si viviera aquí y en pareja, posiblemente tendría trabajo y podría visitar a su familia. Sobre todo habla de su madre. La figura materna está muy presente en todos ellos, es el apoyo fiel, siempre está ahí, el solo recuerdo de la madre les acompaña en su soledad.

No hablamos del motivo por el que están encarcelados si no quieren, de hecho aparece a través del vínculo que se establece. Uno de ellos que reconocía su delito nos decía que la cárcel le ha servido para reflexionar y enfocar su vida diferente, utiliza un dicho que dice su madre “Del ahogado, el sombrero”.

Alguna persona que tiene una condena larga te dice:  “siento la celda como si fuera mi casa”. Y te invita a dar una vuelta por los espacios del centro donde se realizan actividades como la biblioteca, los talleres… Este acercamiento hacia la persona carente de libertad, le representa un trago de aire fresco donde, si quiere, puede expresar las inquietudes y el sufrimiento.

Como grupo de voluntariado valoramos este acompañamiento por la relación interpersonal con la persona reclusa sin prejuicio alguno. Hacemos un llamamiento a la sensibilización de la ciudadanía en torno a las personas privadas de libertad.

(Octubre 2024)