Adaptación y mitigación frente el cambio climático
Año de inicio: 2015
Año de finalización: 2017
Inversión: 8.391,05€
Beneficiarios: 717 familias (3.585 personas), pequeños productores mestizos e indígenas en situación de pobreza, con tierras inferiores a 3 Ha
Cofinanciadores: Pan para el mundo (Alemanya), Broederlijk (Bégica), SCIAF (Escocia), APN (Noruega)
Se trata de un proyecto iniciado el 1 de enero de 2015, fruto de un consorcio entre Paz para el Mundo, cinco organizaciones nicaragüenses y otras cuatro internacionales, entre ellas SJS. A lo largo de estos años se ha trabajado periódicamente en coordinación con el proyecto “Alianzas”, que ejecutan SJS y ADM (Asociación para el Desarrollo Municipal), ya que se comparten objetivos comunes. El costo del proyecto en tres años ha sido de 828 000 €, de los que SJS ha aportado 11 400, y las intervenciones se han hecho en 6 departamentos de Nicaragua: Carazo, Nueva Segovia, Matagalpa, Madriz, Estelí y Boaco. En esa última zona, donde SJS ha efectuado su colaboración, las actuaciones se han llevado a cabo en Camoapa, han sido coordinadas por ADM (Asociación para el desarrollo Municipal) y han afectado a 60 familias.
El objetivo general del proyecto es el refuerzo de la resiliencia de las comunidades rurales del corredor seco de Nicaragua estableciendo medidas de protección y mitigación frente al cambio climático.
Aspectos relevantes del 2017
Los objetivos específicos durante los tres primeros años han sido:
- Adaptarse al cambio climático: Las 60 familias participantes han garantizado su seguridad alimenticia con sistemas de producción adaptados al cambio climático; para ello, han diversificado más las especies cultivadas en sus fincas, que son su principal fuente de alimentación (árboles frutales, tubérculos, hortalizas…), logrando mantener su subsistencia e incluso obteniendo excedentes para poder comprar alimentos complementarios, básicos e imprescindibles. Además se han obtenido buenos resultados en obras para la conservación de los suelos, en habilitación de fuentes para fincas, escuelas e iglesias, obtención de “cosechas de agua” y constitución de bancos de semillas. También hay que constatar que se han reducido las pérdidas producidas por el fenómeno de “El Niño”.
- Mitigar los efectos del cambio climático: Las comunidades participantes en el proyecto están contribuyendo a la protección de la preservación del clima mediante medidas de mitigación de los cambios climáticos en sus áreas. Se ha trabajado en zonas de regeneración natural, se ha procurado la eliminación de quemas de vegetación, se han introducido cocinas y hornos económicos que hacen bajar el consumo de leña y las emisiones de carbono, se han reforestado áreas de cultivo particulares y comunitarias, se han construido pilas para la recolección de agua de las cubiertas y se han hecho pozos y reservatorios de agua, que son de vital importancia para el consumo humano y para el abastecimiento de las fincas.
- Reforzar las capacidades de análisis y prevención: Las comunidades participantes han desarrollado sistemas de observación y documentación de datos relevantes para analizar y evaluar los cambios climáticos. Se han instalado 4 pluviómetros, uno en cada comarca de intervención y el 100% de las comunidades ya disponen de registros de datos sobre las lluvias. Por su parte, el Consorcio viene elaborando un informe anual sobre variables climáticas precipitaciones y temperaturas) y ha realizado proyecciones climáticas hasta el 2015 que servirán para tomar decisiones respecto a la producción.
Del total de las 692 familias que participan en el proyecto, un 63% están lideradas por mujeres. Esto hace que ellas, sus parejas y sus hijos se integren más equitativamente en las tareas productivas y en la toma de decisiones sobre el uso de los recursos económicos.
Finalizados los tres primeros años de proyecto, la valoración es muy positiva: se acusan mejoras en los sistemas de producción y en la mitigación del cambio climático; la transformación de las fincas ha reactivado la economía campesina (algunos excedentes familiares ha podido ser dedicados a la educación y a la mejora de viviendas); se han generado cambios favorables en el microclima; se ha disminuido la contaminación ambiental y se han aumentado las reservas de agua. Por su parte, los bancos de semillas aseguran futuros ciclos productivos.
Todo ello debe ser replicado entre los propios agricultores para garantizar su extensión y también el relevo generacional que lo mantenga.
Previsiones 2018
Está previsto que en el año 2018 se inicie una nueva etapa trianual del proyecto (2018-2020) que dará continuidad al trabajo ya realizado. El ciclo llevara el título de “Estabilidad de los sistemas campesinos frente a la variabilidad y el cambio climático en Nicaragua”. Su presupuesto trianual será de 2 067 000 €, afectará a 19 municipios, uno de los cuales será Camoapa y beneficiará a 1 737 familias. En estos tres años, SJS seguirá participando en diversas tareas a través del proyecto “Alianzas”, pero no realizará aportación económica.